Luego de atravesar la siempre activa Juliaca, se ingresa al ámbito del gran Titicaca por la ruta al sur que conduce a la bahía de Puno, pasando por los poblados coloniales de Paucarcolla y Atuncolla, y por el impresionante sitio arqueológico de Sillustani, a orillas del Lago Umayo. Pronto, enclavado en una hoyada a los pies del Titicaca, se encuentra la ciudad de Puno con sus iglesias, casonas y mercados. Desde aquí es posible partir, navegando entre las aguas azules, a las famosas -y cada vez más concurridas- islas del Titicaca: Amantani y Taquile viá las Islas Flotantes de los Uros.
Continuando con la ruta que bordea el lado sur del Titicaca se atraviesa un espectacular rosario de pueblos de gran tradición y sitios arqueológicos: Chucuito, Ácora con templos de piedra poseedores de tesoros del arte colonial, paisajes de maravilla y mucho más.
Un singular proyecto comunal complementa la oferta turística de este singular departamento: la playa de Llachón, en la península de Capachica.
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